El Año Nuevo No Es Mágico
Aunque nos reímos de haber imaginado tener superpoderes de pequeños, parece ser que seguimos creyendo tener uno. Pensamos que al comer doce uvas en un minuto o tomar una copa de champaña en una fiesta de año nuevo, nos convertimos en seres invencibles que podemos cumplir cualquier meta que nos propongamos para el año.
Tristemente, el que entremos en un año nuevo, bajo un sistema que inventamos y que no tiene base en ningún evento natural, no nos da poderes de voluntad para cambiar por simple deseo. En pocas palabras, el primero de enero es un día tan ordinario como cualquier otro. No tendremos el empujón especial que necesitamos para cumplir nuestras metas por virtud de abrir un calendario nuevo.
Por tan pesimista que suene esto, mi intención no es arruinar los deseos de cambio que tenemos todos. Al contrario, creo que tenemos que ser precavidos y tener un plan concreto si queremos embarcar en una odisea de este tamaño - una que requiere sacrificios que en un principio parece ser imposible. Mas, no es imposible cambiar y sentirnos satisfechos al final del 2020 por algo que construimos por 366 días. Todo depende de cómo decidamos ver las al mundo, aunque involucre engañarnos a nosotros mismos de vez en cuando.
El cambio, especialmente a largo plazo, es como una rutina a la que nos tenemos que apegar con una voluntad inquebrantable. Es similar a escalar una montaña alta: por más lejana que se vea la cumbre, muchas otras personas ya la han podido escalar. Ese proceso imponente solo se puede superar al enfocarse en cumplir pasos pequeños, como caminar un kilómetro más o escalar la cima del siguiente acantilado. La voluntad necesaria para hacer esto solo surge por una fuerte convicción. Para cumplir nuestras metas, tenemos que convencernos de que podemos comenzarlas y lograrlas.
Aquí es donde entran los autoengaños. Aunque no sea fácil creer que se puedan lograr, es necesario tomar las metas como lucha diaria para ignorar tener que repetir esto por todos los 366 días del siguiente año. Si los imperios y las grandes fortunas crecen paso a paso, es necesario entender que así es como también se cumplen las metas. Es el esfuerzo diario de seguir un plan de dieta, de ir al gimnasio, o de decirte tres cosas buenas en el espejo antes de dormir que termina por definir nuestros resultados.
Así que, aprovechemos el año nuevo para emprender el camino a cumplir nuestras metas. Es un momento tan bueno como cualquier otro para comenzar el lento ascenso de nuestra montaña, para al final del proceso, poder disfrutar la vista desde la cumbre. Si decides embarcarte en este camino, comoquiera no te sientas mal si no terminas cumpliendo tus metas. Aunque a veces queremos creer que tal vez y haber comido una treceava uva nos ayudaría, es nuestra labor cumplir las metas que nos propongamos día a día, y nunca es muy tarde para retomar el control.