El 107

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¡2 de octubre no se olvida!

Negar que el movimiento estudiantil cambió para siempre a México sería absurdo.

Este año conmemoramos el 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, un evento que marcó profundamente la memoria colectiva de México y motivo por el cual, cada 2 de octubre, se realizan diversos eventos para recordar a los estudiantes que perdieron la vida durante ese año.

En aquella época, el movimiento estudiantil coincidió con una serie de manifestaciones antiautoritarias alrededor del mundo, pero para dimensionar lo que realmente sucedió, es importante entender que el ‘68 no se limita a lo ocurrido el 2 de octubre, el movimiento llegó a ser algo mucho más que una serie de actos represivos por parte del gobierno. Sería un error, permitir que el movimiento del ‘68 se convierta tan sólo en un antiguo relato, una anécdota en los libros de historia. Y a pesar de que se ha convertido en un mito para muchos de quienes no lo vivimos, es y seguirá siendo un testimonio de la negativa del sistema a entablar un diálogo con la sociedad. Negar que el movimiento estudiantil cambió para siempre a México sería absurdo.

Tampoco se trata de conmemorar una tragedia o celebrar una derrota. El ‘68 ha de convertirse en una oportunidad para mirar hacia atrás y reconocer lo que hemos avanzado como país, una oportunidad para valorar y apreciar todo lo que hemos conseguido. Si bien es cierto que hay que recurrir al pasado para iniciar una reflexión y valorar nuestro presente, es momento de reconocer que otros son los tiempos y otras deben ser nuestras batallas. Conmemorar el 2 de octubre nos brinda la oportunidad de traer y hacer presentes otras historias de resistencia: El movimiento Zapatista, el movimiento Yo Soy 132, Ayotzinapa e innumerables movimientos sociales a favor de los más desprotegidos. Movimientos que poco a poco han ido promoviendo una mayor participación y una mayor conciencia de la necesidad de expresarse, de participar, de sumarse a iniciativas y proyectos que lejos de ser ajenos, se han convertido en una responsabilidad compartida para todos los mexicanos.

A 50 años de distancia la consigna "2 de octubre no se olvida" sigue manteniendo vivo el recuerdo y los ideales de los estudiantes que perdieron la vida esa noche. El ‘68 nos ha dejado un importante legado. Roger Bartra, antropólogo y sociólogo mexicano, afirma que el movimiento estudiantil de 1968 no sólo marcó el comienzo del proceso democrático en el país, sino que también fue el origen de los cambios culturales, sociales y en derechos humanos que hoy vivimos. Por otro lado, El filósofo Adolfo Sánchez, afirmó en alguna ocasión que el logro más importante del movimiento de 1968, fue la lección que con su conducta ejemplar en un movimiento abnegado y generoso dieron, en moral y en política, los estudiantes mexicanos. De tal manera que el año de 1968 puede ser visto como el inicio de una época que nos ha permitido tener en la actualidad nuevas formas de participación social y política, un movimiento de jóvenes que nos dio la libertad de buscar, crear y tener nuevos espacios de expresión y de manifestación solidaria.